martes, 26 de abril de 2011

LOS 5 PILARES SAGRADOS DEL ISLAM.

Los pilares de la fe musulmana
La práctica religiosa musulmana gira en torno a la profesión de fé, a la oración, el ayuno, la limosna y la peregrinación.
1) La chahada o «profesión de fe» es el primer pilar. Consiste en rezar la oración que resume la fe islámica: «No hay más divinidad que Alá y Mahoma es su profeta».
2) La ozalà u «oración» es el segundo pilar. Los musulmanes deben orar cada día cinco veces. Lo hacen al alba, al mediodía, a media tarde, al ocaso y por la noche, con la particularidad de tener que realizar cuatro posturas principales al tiempo que recitan la chahada y otras oraciones: de pie, inclinado, prosternado y sentado sobre los talones. Los almuédanos entonan el verso «Alá es grande» desde los alminares de las mezquitas y, al oírlo, todo musulmán sabe que es el tiempo de rezar y deja por unos momentos cualquier actividad que esté realizando.
Previamente antes de orar, los musulmanes tienen que purificarse por medio de la limpieza del cuerpo, como se expone en la aleya número 7 de la azora 5 del Corán:
Creyentes!, cuando os dispongáis a hacer la azalá, lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasad los manos por la cabeza y lavaos los pies hasta el tobillo.»
Los viernes, que es el día santo de los musulmanes, el rezo se hace de forma colectiva y obligatoria.
3) El sawn o «ayuno» es el tercer pilar. El cumplimiento del ayuno durante el ramadán, mes noveno del año, es una de las celebraciones islámicas más conocidas. Se trata del mes de ayuno y de reflexión religiosa a través de las lecturas del Corán y de los ritos establecidos.
El ayuno es obligatorio para todo musulmán adulto y está Prohibido comer, beber o fumar, desde que sale el sol hasta que se oculta. La elección de este mes se corresponde con el tiempo en el que Mahoma recibió la Primera revelación. En la puesta del sol, que marca el final del ayuno diario, los musulmanes se reúnen para recitar el Corán y para comer.
4) La limosna o azaque (زَكاة [zakāt]; probidad) es el tercer pilar del islam. El Corán se refiere a ella en más de 80 ocasiones. Los musulmanes deben dar cada año una limosna a las personas más pobres de su comunidad, empezando por familiares y vecinos. El montante del azaque se establece idealmente en una cuarentaava parte de los ahorros (es decir, un 2,5%) siempre y cuando éstos superen determinada cantidad. La limosna puede hacerse en dinero y en especie: no sólo las rentas económicas son computables, sino también el ganado, las mercancías, los minerales extraídos, los frutos y los cereales.
Las finalidades de la limosna son, según la doctrina musulmana, limitar la acumulación de riquezas, purificar el alma de la avaricia y la codicia, ayudar a los pobres y necesitados, crear espíritu de comunidad y ayudar a la creación de obras de utilidad pública como escuelas u hospitales.
Los beneficiarios de la limosna son, en primer lugar, las personas incapaces de asegurar su subsistencia. También se benefician de la misma los recaudadores de la propia limosna, por el trabajo realizado; las personas convertidas recientemente al islam, sobre todo si tienen cierta influencia en su entorno; las personas endeudadas incapaces de hacer frente a sus deudas; los musulmanes que están lejos de sus hogares y no tienen medios para volver y, cuando existía la esclavitud, los esclavos, pues con la limosna se compraba su libertad.
5) Peregrinaciòn a la Meca: El hajg o hayy ( حَجّ ḥaǧǧ) es el quinto pilar del islam. El musulmán debe peregrinar al menos una vez en la vida a la ciudad de La Meca, siempre y cuando tenga los medios económicos y las condiciones de salud necesarias. Se realiza durante el mes de du-l-higga (ذو الحِجّة ḏū al-ḥiǧǧa: ‘el de la peregrinación’, duodécimo del calendario musulmán. Existen peregrinaciones menores que pueden hacerse en otros momentos.
El ritual de la peregrinación varía ligeramente según se viva en la región de La Meca o se venga de fuera, particularmente el de la sacralización o ihrām, que se hacen a la entrada del territorio sagrado. También las escuelas jurídicas del islam marcan sus propios matices. En términos generales, dura cinco días. Tras una primera visita a la Mezquita Al-Haram, donde se circunvala la Kaaba y se bebe agua del Pozo de Zamzam, los peregrinos se dirigen a la localidad de Mina, a las afueras de la ciudad. El día siguiente parten hacia el monte Arafat, a 20 km de La Meca, y el tercer día vuelven a Mina. De pina se regresa a La Meca, pasando antes por un lugar donde se realiza el conocido ritual de apedrear tres pilares de mampostería que representan al Diablo. El resto de rituales se realizan de nuevo en la ciudad santa.

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